viernes, 20 de febrero de 2009

Economía, Ecología y huevos de madera


Para que la economía vaya bien hemos de consumir cuanto más mejor.

Para el bien del Planeta debemos consumir cuanto menos mejor.

Pregunta retórica: ¿Si el sistema económico y la naturaleza son incompatibles, cual de las dos cosas va mal?

No podemos escapar de la Naturaleza. Somos parte de Ella.

Por tanto, una economía en contra de la Naturaleza nos lleva sabiamente a la pobreza. Sabiamente porque nada impulsa más una actitud ecologista que la pobreza: Evitar el consumo innecesario, reutilizar, arreglar lo estropeado, reciclar.

Años atrás, en España, el sentimiento ecológico era cosa de cuatro extravagantes pero la gente corriente se comportaba de forma ecológica sin saberlo. Como que era mucho mas pobre consumía menos. Reutilizaba las cosas o las pasaban de unos a otros hasta que se rompían y entonces si era posible las remendaba. Y cuando se debían tirar, las vendían al trapero si era posible.

Hoy todo el mundo habla de ecología y estamos rodeados de containers para el reciclaje pero se derrocha inútilmente como nunca.

¿Quien se acuerda de aquellos huevos de madera para remendar calcetines?

Quizá no es necesario volver a los huevos de madera pero tampoco lo es irse un fin de semana a otra ciudad a dar una vuelta y tomar un café quemando no se cuantos litros de queroseno solo porque el vuelo es barato.

Pero entonces volvemos a lo del principio: Si no consumimos la gente se queda sin trabajo.

¿Cual es la solución?
¿Centrarse más en la calidad que en la cantidad?
¿Por ejemplo en alimentos Biológicos?
¿Promocionar los servicios que no consuman recursos naturales: culturales, de cuidado personal…?

De fondo también esta el problema del crecimiento demográfico global que lo agrava todo.

En fin, aportad alguna idea. ¡A ver si lo tendré que hacer yo todo!